Un estudio elaborado en 2.010 por la Texas Tech University Health Sciences Center (o Centro Universitario de Ciencias de la Salud de Texas), lo confirma: uno de cada cuatro tíos con piercing en la polla es, además de un claro amante del piercing peneano, todo un amante del sounding.
El estudio se basa en una encuesta elaborada a hombres con piercing genital (sin especificar el tipo de piercing concreto), sin diferenciar entre la orientación sexual de cada uno. De un total de 354 encuestados, 85 de ellos (24 %) admitió que le gustaba introducirse objetos o líquidos dentro de la uretra. 11 de ellos se decantaban por los líquidos, mientras que 63 indicaban que usaban objetos sólidos para disfrutar de una buena sondada de polla. Se señalaban hasta 32 útiles distintos para jugar, pero eran los dilatadores metálicos los preferidos por el 52 %.
La conclusión es clara: entre los varones con piercing en la verga, el gusto por el sounding es porcentualmente mucho mayor que entre el resto de tíos (10,7 % entre los hombres gays). ¿El motivo? Podríamos imaginarnos varios, pero personalmente veo claro que, al menos si nos fijamos en el piercing tipo Príncipe Alberto, un tipo con una argolla de acero rozándole constantemente el meato urinario y la primera parte de su uretra, guste también de sentir el metal recorrer el resto de su caño peneano. ¿Vosotros qué opináis?
Si deseáis saber más sobre este estudio, no dejéis de pinchar en el siguiente enlace:
Si deseáis saber más sobre este estudio, no dejéis de pinchar en el siguiente enlace:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20579702
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