Sounding o el arte de meterse cosas por la polla

Sounding o el arte de meterse cosas por la polla

jueves, 28 de febrero de 2013

Angel Fist sondándose para los espectadores, Parte 2



Sondándose y pajeándose con la varilla metida a la vez. Todo es poco para aliviantar el calentón que tiene un morboso y exhibicionista Angel Fist ; )







miércoles, 27 de febrero de 2013

Angel Fist sondándose para los espectadores, Parte 1



Si alguien conoce a Matthieu Paris sabrá que, además de un gran especialista en fisting, es uno de los actores porno gays más morbosos que podemos encontrar actualmente en Francia. Aclimatado en ambientes calientes no es de extrañar que comparta morbosidad con sus amiguetes, entre los que podemos destacar a Angel Fist. Con barba de varios días y aspecto duro, Matthieu graba a un Angel que nos demostrará que además de gustarle que le penetren por detrás también es un maestro en petarse por delante, follándose la polla con un dilatador sin dejar de mostrárselo a todos los espectadores mientras se exhibe en plena sesión de sounding.






lunes, 25 de febrero de 2013

Jugando con dos glowsticks



Y si en vez de un glowstick logras hacerte con dos, pues no sólo te podrás follar la verga sin parar con uno de estos tubitos, sino que además podrás probar a meterte dos objetos por la punta del cipote a la vez, aumentando las posibilidades de juego y multiplicando el placer. A este chaval le sobran ganas de probarlo, aunque si hay algo en lo que destaque no será sólo por el hecho de intentar meterse dos glowsticks por el rabo a la vez, sino lograr introducir uno de ellos por completo dentro del pene, hasta hacerlo desaparecer varias veces dentro de su vergajo.






domingo, 24 de febrero de 2013

Jugando con un glowstick


Para jugar a sounding ya sabéis que son muchas las cosas de andar por casa que podemos usar para meternos algo por la polla. Sólo hay que tener imaginación y lograr ver en el objeto adecuado el juguete con el que nos follaremos la verga. Uno de ellos, poco habitual pero ideal para el sounding, es el glowstick: los tubitos rellenos de sustancias químicas líquidas que al entrar en contacto entre ellas logran que la varilla se vuelva luminosa. Aunque que brille o no ahora mismo es lo que menos importa. Lo realmente importante es que, tan fino, tan liso, tan alargado y tan rígido lo hacen un elemento ideal para practicar sounding, y algunos chavales, como el de hoy, lo saben perfectamente... ; )





viernes, 22 de febrero de 2013

Sounding Made in Sweden



El sounding, como cualquier otra práctica sexual, no es algo propio sólo de una cultura o de un país. Chicos y tíos de todo el mundo se atreven a meterse cosas por la polla, desde América hasta Japón, pasando por todas las naciones de Europa. Suecia se encuentra entre ellas, y maromazos como el que os traigo hoy no sólo cumplen con la idea de que los suecos tienen unos cuerpazos de escándalo (y pollas bien hermosas y ricas), sino que además no tienen reparos en probar cosas nuevas en cuanto a la estimulación sexual, hasta lograr no sólo jugar con un dilatador, sino incluso metérselo entero y por completo varias veces seguidas dentro de la verga. Tal es la estimulación conseguida que no es de extrañar que el joven termine corriéndose sin parar, para placer suyo y de los que podemos verle actuar.






miércoles, 20 de febrero de 2013

Sounding relatos: Estudiando anatomía; Parte 2



Carlos se levantó frente a la mesa destinada al estudio y desde la cual el libro de anatomía le observaba, para desatarse el cordón del pantalón deportivo que llevaba puesto y así, seguidamente, bajarse los mismos, como hiciese a continuación con sus ceñidos bóxers de estampado diseño, hasta colocar ambos en sus tobillos y terminar deshaciéndose de los mismos. El aparato reproductor masculino esquematizado en las páginas de su libro de estudios tenía ahora frente a sí los genitales de Carlos, más reales y sobre todo más estimulados, con un sin circuncidar pene en erección que lograba alcanzar los diecisiete centímetros en estados, como aquél, de pleno apogeo viril.

Carlos miró en derredor del libro intentando atisbar por los rincones de la mesa aquel objeto con el que no sólo jugaría, sino que utilizaría además para desvirgar el interior de su verga. Dirigiendo su mirada hacia el lapicero repostado en los confines fronterizos del escritorio con la pared oriental del cuarto, descubrió un sinfín de candidatos firmes y apropiados para tal fin sexual, eligiendo por su propio voto unánime un lápiz de punta redondeada y tonalidad bermellón que contrastaba con el lacado amarillento atravesado por firmes franjas azabaches, paralelas a la misma mina que permitía al instrumento ejecutar la principal tarea para la que le habían destinado, desconocedor del nuevo uso al que ahora Carlos le iba a someter.

Sabía, como el diligente y aplicado estudiante de medicina en que se estaba convirtiendo, que toda limpieza es poca a la hora de actuar con cualquier punto interno del cuerpo humano, por lo que, cogiendo el lápiz entre los dedos de su mano derecha, vestido sólo con su camiseta deportiva y la sudadera universitaria estrenada aquel invierno, con su pene balanceándose erecto entre sus desnudas piernas mientras andaba, se dirigió al baño con que contaba aquel cuarto de estudiantes para lavar con abundante agua el útil de escritura, después de haberlo sometido a un ligero baño en alcohol, guardado éste en un frasco depositado a su vez en el armario del aseo en que Jaime lo metió tras haberlo adquirido durante el periodo en que el compañero de habitación se curaba la perforación que había permitido realizarse en el labio superior, fruto de su deseo por lucir en esta zona de su anatomía un piercing.

Con el lápiz lavado y desinfectado, y la mente ocupada en la amalgama de pensamientos lascivos que en relación al ejercicio a que iba a someter su pene galopaban por su imaginación, Carlos salió del aseo y se sentó en el borde de su cama opuesto a la pared y cercano a la cama de Jaime, del que le separaba un estrecho pasillo culminado con una mesilla compartida. Abriendo sus piernas, los testículos rozaron la colcha que cubría el lecho mientras que su verga se mantenía plenamente erguida, cual mástil destinado a viajar en pro de las sensaciones sexuales más arriesgadas y excitantes.

Alcanzando con su mano izquierda el cajón de la mesilla donde guarda, entre su ropa interior, algunos enseres y objeto personales, sacó un bote de crema de manos algo aceitosa y tras dejar la tapadera junto a su muslo derecho, tomó con su dedo índice la cantidad de crema que creyó oportuna para embadurnar el lápiz escogido, esparciéndola después por aquél para finalmente con sus dedos ya untados de la misma, mojarse los labios de su meato asegurando así la lubricación del mismo, ya humedecido de por sí con el abundante líquido preseminal que la verga de Carlos habitualmente expulsaba, excitada en momentos tales como aquel que ahora estaba viviendo.

Carlos cogió el lápiz entre los dedos índice y pulgar de su mano derecha, agarrando con su zurda su erecto miembro viril, previamente descapullado y dejando al aire un rosado y grueso glande, engrandecido y alcanzando sus cuotas máximas de sensibilidad debido a lo morboso de la situación a la que sabía que le iban a someter. La mente de Carlos viajó durante unos segundos a ese cuarto donde su primo Bruno, esperando a ser operado, era atendido por aquella joven enfermera que sometía el pene de su familiar a un sondaje profesional, aprisionado entre sus manos mientras que con sus dedos abría las puertas del conducto urinario para permitir que una sonda descubriese los secretos internos del rendido miembro viril.

Alentado por las imágenes que ocupaban su cabeza, Carlos se decidió. Abriendo su meato con los dedos de su mano izquierda, dirigió la cabeza colorada del lápiz hacia la salida de su uretra, convertida ahora en entrada y acceso a sus deseos más fetichistas. La misma sensación producida cuando acariciaba la boca de su glande en anteriores sesiones masturbatorias volvió a invadirle, llenándole de un placer morboso que recorría sus genitales y hacía estremecer todo su cuerpo. El extremo del lápiz se disponía a inaugurar aquella exploración de su pene, mientras que Carlos sentía cómo su verga parecía no sólo dispuesta a tal reconocimiento, sino que ansiaba que desvelasen los placeres que guardaba dentro de su carne. Sus ojos no se apartaban de la cabeza de su polla y miró como arqueólogo que abre las puertas al tesoro más recóndito ya encontrado, cómo la redondeada punta bermellón del lápiz comenzaba a desaparecer entre los labios de su glande que, excitado como nunca antes lo había estado, se hinchó más aún mientras que su verga parecía querer aumentar su tamaño más allá de lo permitido, simulando tragarse aquel tramo de lápiz que ya comenzaba a abrirse paso dentro de la uretra de Carlos.

Carlos sintió cómo el utensilio de madera comenzaba a rozar las paredes internas de su uretra, mientras que la sangre se agolpaba dentro de su pene y el calor de sus genitales alcanzaba cuotas insospechadas. Su respiración comenzó a acelerarse a la par que su circulación aumentaba intentando expandir por todo su cuerpo el resto de sangre que no había acudido hacia la verga. Carlos siguió introduciendo lentamente el tronco del lápiz dentro de su pene, viendo cómo las letras que decoraban el mismo empezaban a acortar la distancia que les separaban de un excitado meato que simulaba  querer tragarse todo aquel útil de escritura. El lápiz empezaba a abrirse paso dentro de la verga, ayudado por la crema con que Carlos lo había bañado, y que ahora, con más de un cuarto de lápiz dentro de su carne, intentaba reponer con los dedos de su mano izquierda, mientras que con la derecha sujetaba su erecta verga y la estaca que morbosamente parecía haberse clavado allí mismo. Según iba adentrándose el que ahora se había convertido en juguete por el trayecto de la uretra de Carlos, éste notaba cómo el mismo, abriéndose paso dentro de su carne, engrosaba el cuerpo esponjoso ubicado en la zona posterior de su verga que, agradecida por tal banquete, donaba a Carlos sensaciones nunca antes alcanzadas y cuotas de morbosidad nunca antes imaginadas.

Carlos dejó de mirar fijamente cómo los labios de su glande permitían que el pene que coronaba fuese follado por el lacado lápiz, para dejarse invadir por aquel sinfín de nuevas sensaciones que inundaban sus genitales y viajaban por todos los rincones de su cuerpo, cerrando los ojos mientras que con su mano izquierda sujetaba su erecto falo que seguía dejando entrar dentro de sí el lápiz que con la derecha cogía y seguía introduciendo lenta pero no pausadamente. Sus testículos sudaban mientras que sus piernas padecían un ligero temblor que compaginaba con la relajación de su ano. Carlos cerró los ojos y se dejó vencer por las sensaciones, olvidándose del mundo y centrándose exclusivamente en lo único que ahora le importaba: meterse más y más el lápiz dentro de su pene.

Las letras del lateral del lápiz ya habían prácticamente desaparecido cuando Carlos oyó algo. Aturdido por el placer aquel ruido pareció despertarle del sueño al que el mismo le había conducido, sin poder reaccionar a tiempo ante la nueva situación que en aquel cuarto iba a vivirse. Jaime, su compañero, acababa de llegar.


(Continuará...)

lunes, 18 de febrero de 2013

Sounding en el Antiguo Egipto



- Let us go deeper as you requested, my lord.

O lo que en castellano vendríamos a entender como: "Metamos más profundamente tal como usted solicita, mi señor". Son las palabras con las que un solícito chacal servidor de Anubis, dios egipcio de las necrópolis y guía de los difuntos, responde a las órdenes de su amo, deseoso éste de sentir más y más dentro de su uretra el cetro Heka o cayado real con que, en sus aposentos de la orilla izquierda del Nilo, le están sondando.

Disney se apunta al sounding



Quién lo iba a decir... Timón, personaje de El Rey León, y Mushu, dragón acompañante de Mulán, no sólo se conocen a pesar de estar uno en África y otro en China, sino que son amigos, y muy buenos amigos... O al menos eso es lo que podríamos adivinar después de ver cómo este suricato le hace un dedo al draco oriental, pero no por el ano, sino por otro agujero por el que parece que le gusta más...

sábado, 16 de febrero de 2013

Derek Parker en acción


Y después de disfrutar con el álbum de fotos viendo a Derek Parker follándose el rabo frente a todos nosotros, ¿no os apetece verlo mejor en acción descubriendo con todo detalle cómo disfruta este maromazo mientras practica el sounding delante de las cámaras? Para no perderse detalle alguno ; )





viernes, 15 de febrero de 2013

Derek Parker jugando con su verga



Que el sounding está en auge lo podemos comprobar gracias al aumento de material profesional que sobre esta técnica se publica cada día más. Son ya varias las productoras dedicadas al porno gay más duro que dentro de sus filmes introducen secuencias donde los tíos se meten cosas por la polla, o directamente películas enteras dedicadas al sounding, lo cual indica un crecimiento en el número de espectadores que solicita tal material, pero a la vez un aumento del número de modelos y actores que se apuntan y atreven a follarse la verga delante de las cámaras. Es el caso, por ejemplo, de Derek Parker. Traído por FetishForce, este musculoso tiarrón no lo duda a la hora de meterse un dilatador por la uretra, tanto por su meato natural como por el agujero artificial creado para lucir un piercing en la polla. Y es que además de lucir músculos, tatuajes y piercings, Derek es ante todo un morboso y, después de ver las imágenes, también podemos decir que todo un amante del sounding, como nosotros ; )













martes, 12 de febrero de 2013

Sondándose enmascarado



¡Saludos morbosetes y amantes del sounding! Prácticamente en todo el mundo occidental se está festejando en estos momentos el Carnaval, y desde este rincón de la red no queremos ser menos y nos apuntamos a la fiesta. No os traigo a un tío con antifaz o careta, como el pasado año, sino todo un maromazo con un cuerpo de escándalo cubierto sólo con una ajustada máscara negra enteriza que nos mostrará sus plenas aptitudes para sondarse la polla, especialmente en cuanto a la capacidad que tiene para meterse por la uretra entero el dilatador, y sobre todo para correrse mientras aún sigue sondándose. Espero que lo disfrutéis, mientras disfrutáis también de la época de Don Carnal ; )





viernes, 8 de febrero de 2013

Lecciones de sounding para principiantes 3: anatomía de la uretra




Estimados seguidores, morbosetes y amantes del sounding: son varios los que me habéis preguntado en las últimas semanas por las lecciones restantes de las cinco que os propuse traeros como introducción al sounding para los principiantes. Efectivamente desde la publicación hace varios meses de la primera y segunda lección, he dejado en el aire las tres siguientes. Bien es cierto que las dos primeras eran las fundamentales y más importantes, pero conviene continuar hasta completar las lecciones y hablar, entre otras cosas, de la anatomía de la uretra, que será el tema sobre el que versa esta tercera lección de sounding para principiantes.

Practicar sounding es estar en contacto, en lo relativo a nuestro cuerpo, con una parte muy específica del mismo denominada uretra o conducto uretral, pues el sounding sería, en resumen, introducir un objeto a través de este tubo que conecta el exterior con el interior del cuerpo masculino, en la zona genital de los hombres. Es bueno, por tanto, conocer la anatomía de la uretra ya que si queremos jugar con ella, y más aún meter algo por ella, conviene saber cómo es el conducto que vamos a usar, su fisonomía y las características del mismo, y así poder jugar adaptándonos a las mismas y disfrutando mejor.

La uretra humana, tanto en el hombre como en la mujer, es el conducto que comunica la vejiga con el exterior, diferenciándose entre ambos géneros de manera notable ya que mientras que en las féminas es corta y sirve sólo a fines excretorios, en el hombre es mucho más larga al trascurrir gran parte de ella a través del pene. En el falo a su vez es el único conducto abierto al exterior, lo que hace que este tubo esté destinado no sólo a la evacuación de la orina, sino también del semen. Para poder llevar a cabo semejantes fines, la uretra se comunica con órganos relacionados con la excreción urinaria, pero también con la reproducción sexual. Estas conexiones se llevan a cabo en su zona inicial, o uretra pelviana, que sería la adaptada a la recogida de los líquidos y sustancias que a través de ella el hombre va a expulsar, mientras que la expulsión en sí se lleva a cabo en el siguiente tramo o uretra peneana. Estamos por tanto ante un mismo tubo de igual constitución en toda su longitud pero con dos tramos diferenciados, que pasaremos a continuación a describir separadamente, conociendo las características de cada uno y los puntos a tener en cuenta de los mismos a la hora de practicar sounding.





- Uretra anterior o peneana:

Si bien la uretra nace en la vejiga y termina en el meato urinario, como a la hora de practicar sounding la recorremos en sentido contrario, comenzaremos la descripción de la anatomía uretral desde su punto final y primera fase que conoceremos en nuestras prácticas. Este primer tramo o tramo anterior sería aquella porción del conducto uretral que quedaría engarzada dentro del pene en sí, contando para ello no sólo con lo que es el pene exterior, o pene que vemos colgando del torso masculino, sino también el pene interior o resto del miembro viril que permanece inmerso dentro del tronco y que une el falo con la zona pélvica (bulbo del pene). Recibe por ello el nombre de uretra peneana, aunque otros autores la subdividen a su vez en tres espacios llamando uretra esponjosa al total, y uretra bulbosa (cuando atraviesa el bulbo del pene), peneana (al pasar por el tronco del pene) y fosa navicular (la uretra del glande) a los tres tramos que la conforman.





El conducto uretral es un fino tubo que, en este tramo, ocupa el interior del tercer cuerpo o columna que compone el pene, o cuerpo esponjoso. Lo recorre desde la base hasta el grosor final en que termina el mismo, denominado glande. El cuerpo esponjoso se encuentra en la cara posterior, trasera, interna o inferior del pene, mientras que en la cara frontal aparecen los dos cuerpos cavernosos, de mayores dimensiones que éste. Los tres cuerpos recogen la sangre que permite el crecimiento del pene durante la erección, pero en proporciones muy distintas. Mientras que los cuerpos cavernosos reciben el 90 % del flujo sanguíneo que hacia el pene discurre durante la excitación, el esponjoso obtiene el 10 % restante. A pesar de la baja proporción este 10 % permite el crecimiento de la cara interna peneana durante la excitación, pero también ofrece un acolchado protector de la uretra, que la salva de la presión sufrida sobre la misma durante la erección por el aumento de los dos cuerpos cavernosos. La uretra peneana coincide exteriormente con el rafe, o línea dibujada entre la cara posterior del pene y el frontal del escroto y perineo, salvaguardando éste restos de la formación de los genitales durante el embarazo.






La uretra se abre en la punta del pene en el denominado meato uretral o urinario masculino, también llamado orificio uretral externo, ubicado en el extremo del glande más alejado del tronco y cercano al frenillo que une el mismo con el prepucio en la cara posterior del pene. Esta abertura presenta en muchas ocasiones unos labios rosados que lo circundan y que marcan esta incisión de corte vertical, compartiendo con el glande la alta sensibilidad con que la naturaleza le dota como medida de excitación sexual, pero también la sensibilidad particular de la uretra que permite advertir la presencia de seres externos que por este conducto quisieran adentrarse dentro del organismo. 






Mientras que el grosor de la uretra es prácticamente idéntico en toda su longitud peneana (a excepción de los últimos centímetros del tramo uretral peneano, antes de alcanzar el tramo pelviano, donde se ensancha un poco en el denominado como bulbo uretral), en los 2 ó 3 primeros centímetros de la uretra que parten del meato la misma presenta un ensanchamiento que permite la adecuación del tubo con la apertura del mismo al exterior, y una mejor expulsión de la orina y del semen. Este pequeño tramo, ubicado en el interior del glande, toma el nombre de fosa navicular, semejante a un embudo final donde el meato correspondería a la parte más amplia del mismo. Esta laguna o ensanchamiento va antecedido además en la parte opuesta al meato por una pequeña curvatura que pudiera semejarse con una especie de esfínter, aunque la misma no provoca el cerramiento del conducto, así como por una menuda válvula o pliegue trasversal ubicado en la pared superior de la fosa. Este punto concreto de la anatomía uretral hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de practicar sounding, especialmente durante las primeras sesiones, pues si bien la anatomía uretral de este punto facilita la salida de líquidos, llevar a cabo el objetivo contrario puede resultar en ocasiones difícil. En algunos conductos uretrales este último espacio apenas marca diferencia con el resto del tubo, y permiten introducir objetos fácilmente en el pene, pero por el contrario hay hombres cuya uretra presenta esta fosa muy diferenciada, y la curvatura de unión de la misma con el resto del tubo muy marcada, pudiendo parecer que la fosa no mantiene unión con el resto de la uretra, o que ésta se encuentra cerrada directamente si damos con la válvula y el espacio restante entre ella y la pared uretral superior de la fosa. En esos casos habrá que sortear muy delicadamente la curvatura final de la fosa y la válvula que allí se ubica, así como encontrar la continuación del canal abierto a este embudo final que, durante el sounding, intentaremos remontar.




Otro punto a tener en cuenta dentro del tramo peneano de la uretra a la hora de practicar sounding sería la curvatura que en el mismo se presenta, en estado de flacidez, en la zona de partida del pene externo que responde a la caída del miembro viril en reposo. Se denomina curvatura prepúbica y la entrada en erección del falo terminaría con la misma, permitiendo así durante la excitación introducir más porción de objeto dentro del pene, especialmente si el mismo es rígido, hasta alcanzar el punto de transición entre el tramo uretral peneano y el pelviano.

  




- Uretra posterior o pelviana:


Una vez sorteada la fosa navicular y atravesado el resto del conducto uretral que traspasa el cuerpo esponjoso del pene, alcanzaremos el interior del tronco masculino en la zona pélvica del mismo. El comienzo de este segundo tramo, o uretra pelviana, se concentra en un punto muy concreto y muy a tener en cuenta a la hora de practicar sounding, pues sobre el mismo se ubica el conocido como esfínter externo de la uretra, a la par que la misma marca una pronunciada curvatura que ya comenzó en la fase última de la uretra peneana (o uretra bulbosa, por traspasar el bulbo del pene), llamada curvatura infrapúbica, que permite su elevación en busca de la vejiga, alojada a la altura del ombligo, tras atravesar la próstata.







La uretra pelviana se subdivide a su vez en dos tramos más, conocidos éstos como uretra membranosa y uretra prostática. La uretra membranosa sería el primer tramo que nos encontramos nada más atravesar el bulbo uretral (última zona de la uretra peneana), y que a diferencia de éste, es la zona de la uretra menos dilatable y más estrecha. Se ubican en este punto y alrededor del tubo uretral las conocidas como Glándulas de Cowper o glándulas bulbouretrales, dos bolsas que segregan un líquido que lubrica y neutraliza la acidez de la uretra peneana antes de la eyaculación. En este punto uretral se encuentra también el esfínter externo de la uretra. Este músculo controla voluntariamente la micción, y es otro punto destacado a tener en cuenta a la hora de practicar sounding. Si bien en esta zona de la uretra ésta se eleva hacia la vejiga, continuación de la curvatura infrapúbica que partió en el bulbo del pene (en la uretra anterior), impidiendo por tanto la introducción de un objeto rígido a partir de este enclave anatómico, la presencia del esfínter supone un escollo más que salvar a la hora de meter mayor cantidad de objeto no rígido dentro de la uretra, suponiendo un extra de paciencia  y buen hacer si queremos conseguir nuestro objetivo. La extrema sensibilidad de la zona y de la uretra pelviana en general nos permitirá, en caso de sobrepasar este punto, disfrutar de sensaciones increíbles que bien pudieran semejarse al placer de orinar y eyacular al mismo tiempo, aunque la presencia de órganos junto a la misma acarrea por otro lado la suma precaución que debemos tener al atravesar este trayecto, pues una herida, corte, punzamiento, raspado o irritación en demasía de la misma podría desembocar en una infección que, además de afectar al conducto uretral, podría dañar uno de estos órganos o provocar la enfermedad del aparato urogenital en cualquiera de sus zonas.








La uretra prostática es la parte más dilatable de la misma, y  se ubica entre el esfínter externo  y el interno de la misma, marcando este último a su vez la entrada (o salida) de la vejiga. La uretra atraviesa aquí la próstata, y se comunica con ella a través de diminutos conductos prostáticos abiertos en el conocido como utrículo prostático o zona central del tramo en cuestión, de los que recibe parte de los líquidos que conforman el semen, mientras que los conductos eyaculatorios, por su parte, desembocan igualmente en este enclave tras recibir de los vasos deferentes y de las vesículas seminales el esperma y las sustancias principales del semen.

Tras atravesar la próstata, la uretra se comunica finalmente con la vejiga en la zona inferior de la misma denominada trígono vesical. Un esfínter involuntario, conocido como esfínter interno de la uretra, cierra el contacto entre el órgano urinario y  la cresta uretral, constituyendo otro punto a tener en cuenta a la hora de practicar el sounding ya que, en caso de alcanzar el mismo, nuevamente tendremos que conseguir su apertura a base de paciencia y delicadeza. Una vez logrado el objetivo, toda la uretra se habrá atravesado y habremos alcanzado el logro mayor del sounding, al haber recorrido íntegramente la uretra en toda su longitud y anatomía.



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