¡Saludos morbosetes y amantes del sounding! Hoy os traigo una sounding curiosidad más, relacionada con las pequeña y gran pantallas. Y es que el sounding, o la introducción de objetos dentro de la polla, no queda exento de su aparición tanto en la televisión como en el cine. Bien es cierto que las prácticas sexuales de manera totalmente explícita y en general, no son muy habituales pero tampoco inexistentes en las series y filmes que se presentan a los espectadores. Si queremos disfrutar de material cinéfilo sobre sexo manifiesto, lo más sencillo es acudir al porno. Con el sounding ocurre igual. Sin embargo, alguna que otra vez la inserción de elementos dentro del pene puede verse reflejada en la pantalla, aunque no sea de manera tajante, y sin derivar de la búsqueda de placer o en base a prácticas onanistas.
Un ejemplo de ello lo podemos encontrar en un curioso capítulo de la serie Sex Sent Me To The E.R. ("El sexo me envió a Urgencias"). Producida por la cadena de pago estadounidense TLC, esta serie intenta reconstruir, en ocasiones de manera cómica, situaciones reales relacionadas con el sexo que han llevado a sus protagonistas a terminar en el servicio médico de urgencias. En el capítulo referido, un joven que quería sentirse en comunión con la naturaleza, observa cómo un lagarto se acerca a su tercera pierna mientras permanecía sentado junto a un árbol completamente desnudo. En un principio, mientras el sujeto permanecía con los ojos cerrados, disfrutaba del jugueteo que el animal le ofrecía mientras andaba por su pene. El placer aumentaba según el animal iba introduciéndose dentro de su carajo, hasta que al abrir los ojos, el maromo observa que el reptil se ha introducido por completo en su cuerpo. Lo siguiente será acudir al servicio de urgencias...
En el cine español, un curioso ejemplo de sounding lo podemos encontrar en el largometraje dirigido por Fernando Colomo, titulado La vida alegre. Estrenada en 1.987, la cinta presenta las vicisitudes vividas por un matrimonio de médicos en el Madrid de los 80, encarnados por Antonio Resines y Verónica Forqué. Esta última, doctora en una clínica donde se tratan las enfermedades de transmisión sexual, tendrá entre sus clientes a más de un varón a los que, para saber si son portadores de ciertas enfermedades sexuales, tendrá que introducir un hisopo dentro de su carajo, en medio de una experiencia ciertamente cómica para el espectador.
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