Jotto es, en la actualidad, uno de los artistas gráficos más destacados dentro del arte bondage. Basadas muchas de sus obras en los trabajos del también reconocido Kalabro, Jotto nos muestra a través de los dibujos y el cómic un mundo imaginario que, muy seguramente, coincida con las fantasías de más de uno: chicos atléticos muy bien dotados, morbo por doquier, y sobre todo las prácticas bondage y sadomasoquistas más extremas ejecutadas sin ningún tipo de censura. Entre ellas, el sounding. Una técnica que si bien Jotto no ha dejado de plasmar en su actitud más cordial, a través del uso de penis plugs o de la dilatación uretral, en la mayoría de las obras donde el sondaje se exhibe éste va acompañado de motivos más intensos, como el "ordeño" masculino o la sumisión, retomando en ocasiones la figura monstruosa tentacular propia del ideario japonés.
Uno de los comics donde Jotto también hace uso del sounding será el titulado Overkill (Exagerado). Protagonizado por Jordan, siempre deseando llamar físicamente la atención, caerá éste en manos del Profesor Beans, que no dudará en exagerar la anatomía del joven, especialmente aquélla de entre las piernas, sin importarle las técnicas necesarias a ejecutar con tal de llevar a cabo su plan...
Siempre deseoso de atención, el escaso atuendo de Supermán que lleva Jordan le asegura tener siempre la audiencia que desea. Desgraciadamente para él,capta también la atención del vil Profesor Beans en un día desafortunado.
Cuando Jordan recupera la conciencia, se da cuenta de que fue un error aceptar una bebida energética ya abierta del espeluznante tipo que ahora se muestra lascivo sobre él. Mientras estaba siendo manoseado, sus ropas fueron cortadas dejando ver su muscular físico. Aunque está asustado, su superdesarrollado ego ha sido de alguna manera estimulado por esos hombres que observan su cuerpo.
Puesto de viagra y temor, sus súplicas por que le dejen libre y ruegos de misericordia comienzan a ser frenéticos mientras observa la barra metálica acanalada de sounding siendo insertada dentro de su palpitante polla descomunal.
Un isótopo especial es inyectado en Jordan para mejorar la conductividad de su cuerpo.
Los sadistas investigadores salen para chequear a las otras víctimas de sus crueles experimentos mientras dejan al angustiado Jordan en preparación toda la noche.
La mañana ha llegado y nadie ha venido todavía para encender la luz. Mientras la electricidad asalta su flexionado cuerpo y revuelve su mente, un único pensamiento pervive, una única pregunta persiste en la oscuridad... ¿Por qué?
Después de llevar muchos días electrocutándole los genitales e inyectándole dolorosos elixires en su cuerpo, Jordan considera que el fin ha justificado los medios, al estar encantado con el nuevo y exagerado volumen de su cuerpo y genitales. La satisfacción de Jordan incluso rivaliza con la de aquéllos que lo secuestraron y torturaron.
Sin embargo, lo que Jordan pronto descubrirá es que no escapará de las manos de sus captores, los cuales tienen diabólicos planes a fin de testar la estamina de sus sobreinflamados músculos y su hinchada virilidad en una variedad de formas que serán bizarras y traumáticas.
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