Según uno va conociendo más datos sobre la productora Raging Stallion Studios, más y más sorpresas se va encontrando. Si además eres un amante del sounding, las sorpresas son más que agradables. La firma Raging Stallion Studios se fundó en 1.999 por, entre otros, el director porno Chris Ward, actual propietario de la misma y autor de grandes títulos dentro del porno gay donde tiene cabida el uretralismo. Desde el principio esta casa quiso abrir nuevos caminos dentro del que podríamos considerar porno gay actual, o porno posterior al considerado "vintage" o "precondom". Para ello no lo dudó a la hora de introducir en sus películas escenas donde las prácticas extremas, duras o guarras se entremezclaban con el sexo más convencional, hasta convertirse en todos unos especialistas en las mismas. El sounding no podía faltar.
En el año 2.000 inauguraba una de sus series o sagas más proléficas: Hairy Boyz. Protagonizada por actores y maromazos velludos, con escenas recuperadas de filmes de la misma productora contemporáneos a cada edición, a día de hoy se han publicado más de 35 volúmenes de la misma. Poco después de su primer lanzamiento, en el número 4 de la misma el sounding tendría cabida y se llevaría a cabo en una rememorable secuencia que ya había formado parte del filme lanzado en 2.001 Sexpack Five: Dirty Deeds, protagonizado por Joe Stack y Matt McGrath. Quedaría más que demostrado que éste último, además de velludo, es todo un amante del sounding. Se introducirá un dilatador por el rabo, permitirá que su compañero se lo vaya metiendo con la boca a la par que le come la verga, para terminar introduciéndose el juguete mientras es fuertemente follado. Toda una escena que ningún amante del sounding se puede perder, y que permitió a Raging Stallion Studios abrir caminos en el mundo del urethral play profesional, quedando el listón bien alto.
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