Si juntamos en un tío belleza y buen cuerpo, y le sumamos además la afición al sounding, una mirada pícara y una buena dosis de morbo, seguro que el resultado sería más que parecido al que os traigo a continuación. No sé a vosotros, pero al menos a mí mirar a este maromo en bolas mientras muestra su vergajo sondado a la par que nos mira con ojos de complicidad, me pone más que burro... ; P Y se mete, nada más y nada menos que todo el mango de una cuchara. El chaval, además, es atrevido e innovador... ¿Podríamos pedirle algo más? ; )
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