El invierno está a punto de llegar pero ya la lluvia y el frío han hecho acto de presencia. Es normal que con la venida de las inclemencias del tiempo aparezcan también los primeros catarros y resfriados. Una de las señales que nos indican que nuestra salud está mermada, es la aparición de fiebre. Y para saber si nuestra temperatura corporal no es la adecuada, no hay más que hacer uso del termómetro. Podemos usarlo de diversas maneras, pero hay una que le encanta a muchos amantes del sounding. ¿Os imagináis cuál es? Lo malo es que, al meternos el termómetro por la polla, nos puede gustar tanto y nos ponga tan calientes que dé una temperatura alta, y no porque tengamos fiebre, sino más bien un calentón de otro tipo... ;P
(A pesar de que entre el material expuesto puede apreciarse el uso de termómetros clásicos, fabricados con vidrio y mercurio, desde este blog recomendamos siempre el uso de termómetros digitales, para prevenir posibles roturas que puedan dañarnos la verga y afectar a nuestra salud).
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