Al Doctor Azz ya le conocemos. Es todo un amante del sounding al que le gusta no sólo practicarlo en sí, sino sobre todo arovechar el paso de un joven por su consulta para, con la excusa de un reconocimiento médico completo, jugar con su uretra insertándole dilatadores de varios calibres e índole. No todos los pacientes se muestran favorables a tal examen, por lo que, para que no impidan al médico ejercer su morbosa labor, el doctor tiene que atarles. Lo curioso es que, como en el caso de este maromo, una vez desatado no se opone a la consecutiva propuesta del doctor, ofreciéndole que ambos inserten por sus pollas un mismo dilatador a la par y al mismo tiempo. Será que el sounding no le ha debido de desagradar tanto como creía... ; P
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