Practicamente siempre que en un cuento o en una leyenda aparece un gigante, éste es un ser malvado cuyo único deseo es destruir, o por el contrario una figura tomada por los demás como amenazante, a la que hay que poner fin. Sin embargo, ¿no podría considerarse alguna vez un distinto final, en el que gigantes y humanos alcanzasen un estado de respeto y ayuda mutua? Seguro que se podría incluso encontrar más de una ocasión de cooperación en la que ambos saliesen ganando, e incluso disfrutando... ; P
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